Hablar en público resulta, para
la mayoría de adultos y niños, una actividad desagradable. Nuestro pulso
se acelera, la respiración se entrecorta, las manos nos tiemblan… Las
emociones tienden a jugarnos una mala pasada en esta situación. Por eso y previendo que ya se acerca la defensa de la tesis, haremos un par de dinámicas para evitar que nos ganen los nervios.
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